EDUCACIÓN
Antes de que Libia alcanzara la independencia en 1951, la población del país era en gran medida analfabeta. Debido a esto, la educación primaria pasó a ser obligatoria y gratuita. En los años noventa, más del 80 % de los niños entre 12 y 17 años habían recibido formación.
Además, los estudiantes podían estudiar en el extranjero con los gastos pagados por el gobierno. Recibían una beca de 1600 euros al mes.
Después de la revolución contra el régimen libio, más de 61 165 estudiantes y cerca de 36 000 universitarios no pudieron finalizar su año académico. Los bombardeos destruyeron más de 15 escuelas y muchas otras fueron cerradas.

SALUD
Los libios tienen acceso gratuito a la salud. Sus hospitales están entre las instalaciones mejor equipadas del mundo. No obstante, durante los años noventa, las Naciones Unidas sancionó al gobierno libio, acusándolo de efectuar ataques terroristas contra la aerolínea francesa UTA y la estadounidense PanAm.
Estas sanciones trajeron dañinas consecuencias en el acceso a la alimentación, medicamentos y vacunas.
En 2011, la revolución libia tuvo serias repercusiones en la salud de los niños. El país carecía de medicamentos para las mujeres embarazadas y sus bebés. Muchos niños sufrieron traumas psicológicos tras presenciar hechos terribles como la pérdida de un miembro de la familia. Muchos niños también fueron separados de sus padres al refugiarse en la frontera del país.

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